Estudios de Género
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Resumen: D...
Cómo perdimos la libertad sexual
Francisca Martín-Cano Abreu
Según los contemporáneos descubrimientos de la Etología, Arqueología, Sociología y Antropología de Género (es decir no androcéntrica/no machista, como lo han sido hasta hace poco), en la Prehistoria serían las mujeres las que elegirían a sus parejas sexuales, que no se podrían imponer por la fuerza, al igual que ocurre en todas las especies de primates, en las que son las hembras primates las que eligen a sus parejas sexuales.
La violencia sexual del varón sobre la mujer, que actualmente está tan disparada, surgió por intereses patriarcales, en cierto momento de la historia humana. Fue justo con el advenimiento de la revolución patriarcal y la instauración del matrimonio (que se estableció hace varios miles de años en la civilización griega, sobre la que se ha cimentado nuestra actual civilización patriarcal).
A partir de entonces, se fijó la conducta sexual adecuada de forma discriminada.
Por un lado se exigió a la mujer guardar fidelidad dentro del matrimonio, mientras que al varón se le permitió el comportamiento sexual libre, a la vez que se le fomentó los comportamientos violentos con las mujeres.
De ahí las numerosas epopeyas que narran las aventuras de héroes que se comportan con crueldad con las mujeres, las raptan, violan, maltratan y abandonan impunemente, como los mitos protagonizados por Hércules, Teseo, Aquiles, Jasón, Ayax, Poseidón, Eolo, Neptuno, Cinira, el padre de Ciana, los hijos de Leucotea, los sátiros... cuyas ¡hazañas! consisten en robar, violar, raptar, asesinar, embarazar o abandonar a otros seres humanos.
Y bajo el bombardeo de tales doctrinas, propagadas a través de poderosos medios de comunicación -el arte, los mitos, la literatura, las leyendas...-, en los que se concretizaban ejemplos que atemorizaban y subordinaban a las mujeres, no es raro que se implementase la violencia del varón sobre la mujer. (Y lo mismo sigue sucediendo en las películas, las novelas, los cuentos,… y demás medios que divulgan los mitos… modernos que siguen siendo machistas).
De forma que la conducta sexual que tiene cada sexo, en diferentes culturas, ha sido aprendida. Nuestra sociedad de tradición judeocristiana, deudora de la tradición griega machista, negó a la mujer la posibilidad de disfrutar de libertad sexual, le limitó la sexualidad como un castigo por haber disfrutado en época arcaica de una sexualidad más desarrollada. Fueron aún peores las normas sexuales de la religión islámica, ya que en algunas zonas, como "la mujer pertenece a los varones", sufre la infibulación: para eliminar la posibilidad de adulterio.
Pero esta imposición de forma violenta de la represión sexual por parte de varones, para subordinar a la mujer, que ha venido imperando en la sociedad occidental, no siempre ha existido.
Constata que la conducta sexual fue en principio libre y pacífica:
La existencia de las sociedades matrilineales -tipo de sociedad existente en las etapas más antiguas de la historia humana, antes de su constitución en estado, y sociedades matrilineales existentes en algunas regiones primitivas todavía- en donde imperaban / imperan aún costumbres de libertad femenina contrarias a las machistas de las sociedades patrilineales occidentales, que demuestran que fue la implementación de la familia patriarcal la causante de la pérdida de libertad sexual femenina. Así, en las sociedades matrilineales:
- Las mujeres tienen costumbres licenciosas y de promiscuidad sexual, que tiene relaciones sexuales libres.
- Es ella la que elige a sus múltiples amantes;
- La casada puede ser infiel a su esposo;
- Existe promiscuidad sexual entre los jóvenes de manera reglamentada, antes de casarse.
- La casada puede iniciar el divorcio cuando ella decida y se queda con las pertenencias valiosas y mayor número de hijos;…
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